La genómica da la razón a Lynn Margulis
EL ORIGEN DE LAS CÉLULAS EUCARIOTAS
La historia de la vida en la Tierra se divide en dos mitades: hasta 2.000 millones de años atrás, solo hubo bacterias y arqueas y solo entonces surgió la célula compleja de la que todos los animales y plantas estamos hechos.
Lynn Margulis explicó esa discontinuidad desconcertante: la célula compleja no evolucionó gradualmente desde una bacteria o una arquea, sino sumando ambas en un suceso brusco de simbiosis.
La célula eucariota posee innovaciones fundamentales como las mitocondrias, nuestras factorías energéticas, y los cloroplastos que permiten a las plantas alimentarse de la luz solar
Margulis quien mostró, en los años sesenta, que ese profundo misterio darwiniano tenía una explicación bien simple. Las mitocondrias y los cloroplastos son antiguas bacterias que queman oxígeno para generar energía y ejercer como placas fotovoltaicas. La célula eucariota, el bloque de construcción de nuestro cuerpo, se originó como una sociedad de microbios, y sigue siéndolo en gran medida.
William Martin, del Instituto de Evolución Molecular de Dusseldorf, junto a publicó en el artículo principal de Nature de esa semana una investigación que no es tanto como demostrar la teoría de Margulis, pero ella murió en 2011 sin recibir el premio Nobel.
Un gran parecido estructural a las espiroquetas, unas bacterias que se mueven helicoidalmente como un sacacorchos, llevó a Margulis a proponer que los cilios, como las mitocondrias y los cloroplastos, tenían su origen en una bacteria de vida libre, la espiroqueta.
El jefe de la investigación concluye con una afirmación nítida: “Eso significa una cosa: que la endosimbiosis fue muy importante en la evolución de los eucariotas; ese es tal vez en principal mensaje de nuestro artículo. Así que la teoría de Margulis goza de una salud excepcional en nuestros días, aunque solo después de alguna pequeña reparación”.
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